¿Fruta o bocadillo?

Un grupo de padres del colegio Cervantes está en contra de que los miércoles sus hijos tengan que llevar fruta para el recreo • Han recogido 70 firmas para entregar en Educación

Uno de los hábitos más saludables que existen es el de comer cinco piezas de fruta al día. Los mayores lo saben, pero a los niños hay que tratar de inculcárselo desde pequeños. Por eso el colegio Cervantes ha instaurado el Día de la fruta. Cada miércoles, en vez de llevar un bocadillo para el recreo, los alumnos toman fruta.

La iniciativa, como recuerda su director, Ángel Bolaños, fue aprobada «por mayoría aplastante» entre los alumnos de entre 3º y 6º de Primaria, aunque se aplica en todo el colegio, que suma 240 estudiantes. «Todo comenzó por la celebración del Día de la Constitución. Se acordó proponer una idea y si salía votada por mayoría se iba a incluir en el reglamento del colegio. Se debatieron varias propuestas y al final salió instaurar el Día de la fruta».

La propuesta, no obstante, pasó también por el Consejo Escolar, donde están representado los padres. «Salió por unanimidad porque todo el mundo pensó que era una medida educativa introducir la fruta como alternativa a la bollería industrial», aclara el director, al tiempo que señala que «algunos niños son deficitarios en el consumo de fruta porque no les gusta o porque sus padres no les obligan».

La medida comenzó a implantarse hace más de un mes y ya se han escuchado las primeras voces discordantes. En concreto, la de una familia que asegura que ha recogido más de 70 firmas de padres manifestándose en contra de lo que consideran una imposición. No porque no quieran que sus hijos coman fruta, sino «porque si un miércoles en casa no hay fruta y al niño le dan un bocadillo para el recreo, los profesores se lo quitan e incluso no se lo devuelven después», asegura María Ángeles Gutiérrez. «Creemos que lo ideal es que los chavales lleven fruta cuando los padres queramos, no cuando lo impongan», sentencia.

Su malestar ha llegado a tal punto que se pusieron en contacto con la Inspección de Educación, que «nos propuso que recogiéramos firmas». Pero ellos han ido más allá y desde hace semanas los miércoles, a la hora del recreo, acuden al colegio a manifestarse en contra de esta medida «y seguiremos haciéndolo hasta que quiten esa norma». También han colocado algún que otro cartel en varios tablones de anuncios de la ciudad.

Desde el colegio estiman que una de las familias acudió a quejarse de malas maneras, «insultándonos», y diciendo «que su hijo comía fruta pero que a él no le daba la gana que ese día fuera el de la fruta». «No nos parece lógico su posicionamiento. Le da fruta a su hijo cuando quiere, pero los miércoles no. Creemos que lo hacen simplemente por ir contra la norma», estima el director, al tiempo que aclara que la primera semana los profesores retiraron el bocadillo a los alumnos «y luego se les devolvía a la salida con una nota para sus padres explicándoles la idea por si no se habían enterado».

Polémicas aparte, el colegio ha llegado a la conclusión de que muchos de sus alumnos llegan a clase sin desayunar. «En casa siempre están con prisas, los padres se levantan a todo correr, les dan el desayuno rápido, los niños no lo quieren y vomitan», expone. Esto se traduce en un bajo rendimiento a lo largo de la mañana.