No hay duda que, para el quehacer cotidiano de los profesores y para la propia investigación educativa, constituye un importante problema abordar el reto que plantean un considerable número de alumnos que, sin déficit mental, ni sensorial, ni deprivación ambiental, no alcanzan rendimientos inicialmente esperables en sus aprendizajes. |
Conscientes de la preocupación del profesorado y de la transcendencia personal, familiar y social de problema, intentamos, con el presente trabajo, ofrecer a los maestros en ejercicio y a las familias interesadas en la cuestión una aproximación conceptual que posibilite la delimitación del campo específico de las dificultades en el aprendizaje y unas pautas elementales que orienten la actuación educativa. Pero, ¿qué son realmente las dificultades de aprendizaje?. Aun cuando el concepto de dificultad de aprendizaje dista mucho de estar claro, resulta necesario precisar a qué se hace referencia con tal expresión o etiqueta diagnóstica, de modo que pueda reducirse la actual confusión con otros términos afines tales como necesidades educativas especiales", "inadaptaciones por déficit socioambiental", etc.
Se señalan como elementos definitorios de mayor relevancia los siguientes:
El niño con trastorno de aprendizaje tiene una pauta desigual en su desarrollo.
Puede no tener disfuncionamiento del sistema nervioso central.
No debe sus problemas de aprendizaje a pobreza ambiental.
Los problemas de aprendizaje no se deben a retraso mental o a trastornos emocionales. En definitiva, sólo resulta procedente hablar de dificultades de aprendizaje cuando hacemos referencia a sujetos que:
Tienen un cociente intelectual normal, o muy próximo a la normalidad, o incluso superior.
Su ambiente sociofamiliar es normal.
No presentan déficits sensoriales ni afecciones neurológicas significativas.
Su rendimiento escolar es manifiesta y reiteradamente insatisfactorio.
La sintomatología más general en los alumnos con dificultades de aprendizaje incluye problemas del tipo de los que se indican en los siguientes campos de la conducta y el aprendizaje:
Actividad motriz: hiperactividad o hipoactividad, torpeza motora, dificultad en la coordinación...,
Atención: bajo umbral de concentración, dispersión,...
Área matemática: problemas en seriaciones, inversión de cifras, reiterados errores en el cálculo,...
Área verbal: problemas en la codificación/ decodificación simbólica, irregularidades lectoescritoras, disgrafías,...
Emotividad: desajustes emocionales leves, escasa autoafirmación personal,...
Memoria: dificultades de fijación, olvidos según curva atípica,...
Percepción: inadecuada reproducción de formas geométricas, confusión figura-fondo, inversiones de letras, rotaciones,...
-Sociabilidad: inhibición participativa, escasa habilidad social, agresividad...
Además diremos que el diagnóstico siempre deberá ser confirmado o no por el pedagogo o psicólogo especialista.
Pero, ¿a qué se deben este tipo de trastornos?, ¿es posible prevenirlos?, ¿el origen de las dificultades en el aprendizaje siempre está en los sujetos que las padecen?
Se suelen distinguir tres fuentes causales:
La fisiológica ha puesto especial énfasis en la disfunción cerebral mínima, ligada a determinadas "localizaciones cerebrales". Así, una disfunción del hemisferio cerebral izquierdo, que es normalmente la sede del lenguaje, podría explicar ciertas dificultades para el aprendizaje verbal, o una disfunción del hemisferio derecho podría ser la causa de dificultad en determinados aprendizajes de tipo grafomotor. Otro factor estudiado, que podría explicar determinadas dificultades, es el de la dominancia lateral, constatándose que los diestros o siniestros puros suelen tener menos dificultades de aprendizaje que aquellos con lateralidad cruzada.
La explicación psicológica tiende a interpretar que los trastornos emocionales que pudieran estar asociados a dificultades de aprendizaje serían la consecuencia de tales dificultades y no su causa, poniéndose el acento en los factores cognitivos, estilos y estrategias de aprendizaje, niveles madurativos de desarrollo y procesos interactivos.
Desde la óptica sociológica se hace hincapié fundamentalmente en los aspectos familiares (déficits de estimulación temprana tanto en lo sensorial y psicomotor cuanto en lo cognitivo y verbal, mal aprovechamiento de los llamados períodos críticos de maduración,...) y escolares (dispedagogías, despersonalización de la enseñanza, inadecuación de los métodos y materiales educativos, deficiencias curriculares, organizativas,...).
La prevención de las dificultades en el aprendizaje pasa necesariamente por la continuidad de la investigación psicobiológica y pedagógica; por la mejora cualitativa de la educación temprana, iniciada ésta desde el comienzo mismo de la vida y sustentada en las leyes y principios que rigen el desarrollo biológico, psicológico y social; por la mejora del sistema educativo (currículos, metodologías, desmasificación, formación psicopedagógica de los profesores, etc.); por una mayor formación y compromiso educativo de los padres, y por una generalizada preocupación social por la educación y el ambiente ofrecidos a los niños y jóvenes.
La LOGSE, asumiendo sin rodeos los principios de normalización e individualización de la enseñanza, y optando claramente por la comprensividad frente a la selección, intenta superar la concepción patológica tradicional del problema de los retrasos escolares, poniendo en cuestión la validez de los enfoques clínicos centrados en los déficits de los alumnos y en tratamientos psicoterapéuticos anexos a los procesos escolares ordinarios. Partiendo de la realidad plenamente constatada de que todos los alumnos son diferentes, tanto en sus capacidades, cuanto en sus motivaciones, intereses, valoraciones, ritmos evolutivos, estilos de aprendizaje, situaciones ambientales, etc., y entendiendo que todas las dificultades de aprendizaje son en sí mismas contextuales y relativas, pone el acento en el propio proceso de la interacción enseñanza/aprendizaje, proceso, ciertamente complejo, en el que se incluyen tanto la variable alumno, cuanto las variables profesor, concepción y organización curricular, metodologías, estrategias, recursos. Así, se señala en el documento Guía de Adaptaciones Curriculares de la Junta de Andalucía: "que el alumno aprenda o no, no depende sólamente de él, sino del grado en que las ayudas del profesor estén ajustadas al nivel que muestra el alumno en cada tarea del aprendizaje. Si el ajuste es apropiado el alumno aprenderá y progresará, cualquiera que sea su nivel".
En el tratamiento de los alumnos con dificultades de aprendizaje hay que señalar como principios psicopedagógicos de actuación general los siguientes:
- Partir de un diagnóstico correctamente formulado por el profesional competente.
- Elaborar un programa de refuerzo comprensivo y adaptado al tipo de dificultades realmente existentes. - Seleccionar actividades significativamente productivas en función del nivel de maduración del sujeto y de su propio estilo de aprendizaje.
- Controlar de modo permanente la evolución de los aprendizajes.
- Impedir que el alumno cometa errores, tanto en las estrategias como en las ejecuciones.
- Administrar con la máxima profusión refuerzos positivos.
- Combinar metodologías lúdico-activas variadas.
- Evitar tanto el rechazo como la sobreprotección.
- No prolongar el refuerzo pedagógico más de lo estrictamente necesario.
La modalidad de escolarización siempre debe ser ordinaria con los apoyos y refuerzos educativos, individualizados o en pequeño grupo, apropiados, ofrecidos preferentemente en el contexto normalizado de su grupo de edad y aplicados, preferentemente, por su propio profesor-tutor con la colaboración del profesor de apoyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario