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lunes, 28 de noviembre de 2011

¿Existe relación entre el ejercicio físico y el rendimiento intelectual?





“El ejercicio físico practicado en forma regular genera beneficios intelectuales”. ¿Te resulta conocida esta afirmación? Muy posiblemente hayas escuchado ésta u otras parecidas en reiteradas ocasiones o algún amigo te haya comentado que después del ejercicio puede estudiar o trabajar mejor. Pues bien, en medicina se sabe que esto es así y que incluso el ejercicio también beneficia al intelecto de personas que padecen enfermedades cognitivas graves.

¿Cuáles son dichos efectos intelectuales beneficiosos?

El ejercicio aeróbico practicado en forma moderada mejora varias áreas intelectuales, entre las que se destacan los siguientes procesos cognitivos:
  • El tiempo de reacción cognitivo (velocidad)
  • La percepción de imágenes visuales (captura)
  • La interpretación de las mismas (análisis)
  • La automatización de habilidades psico -corporales (también llamada memoria muscular)
  • La inteligencia ejecutiva, de éstos la influencia más positiva es en:
  1. La planificación de ideas
  2. La programación de estrategias
  3. La coordinación intelectual
  • La memoria de trabajo (la capacidad del cerebro de gestionar la información necesaria para llevar a cabo otras funciones mentales complejas)
  • La inhibición (la capacidad intelectual de bloquear las distracciones innecesarias) 
La mejoría de la función cognitiva empieza a evidenciarse a los 20 minutos que iniciamos un ejercicio aeróbico moderado y se mantendrá durante varios más. Los beneficios cognitivos del ejercicio son principalmente consecuencia del aumento del flujo sanguíneo al cerebro con su aporte de oxígeno y glucosa, pero también por el estímulo a las células nerviosas para liberar sustancias químicas entre las neuronas. Principalmente serotonina, noradrenalina y dopamina.

Si bien no se sabe con exactitud, la óptima intensidad del ejercicio aeróbico que se tiene que realizar para obtener el beneficio intelectual, es probable que no sea tan intensa como cuando pretendemos entrenar con un objetivo más hacia lo deportivo.

Así, la intensidad física orientada a un objetivo más hacia lo intelectual puede ser una que tan solo aumente la frecuencia de la respiración un poco más rápido que el ritmo habitual con un poco de transpiración de la piel. Esta moderada intensidad ya es suficiente para activar el sistema nervioso denominado “simpático” y como consecuencia aumentar el nivel de adrenalina en la sangre y entre las neuronas. Estos son probablemente los dos factores principales que impulsan las mejoras en el rendimiento intelectual.

En cambio, el ejercicio de alta intensidad, puede interferir la concentración y la capacidad para realizar tareas mentales y por lo tanto no se lo recomienda para nuestros fines. Puesto que si ejercitamos en forma intensa, usualmente sólo estaremos pensando en respirar y en movernos adecuadamente y por supuesto en “llegar”.

Los beneficios por la actividad física regular también se observan en el mediano y largo plazo, pues en general las personas de más de 55 años que están en buenas condiciones físicas son menos propensas a disminuir la función cognitiva respecto a las personas sedentarias. Claro que es posible que esto se deba a que dichas personas tienden a tener una mayor motivación general, comen una dieta saludable y estan más comprometidos en el cuidado placentero de su propia salud.

De todos modos, directa o indirectamente, las sesiones de ejercicios aeróbicos mejoran nuestra aptitud mental, la capacidad para concentrarnos y las tareas cognitivas en general. Por otro lado, múltiples estudios han demostrado que las personas que hacen ejercicio con regularidad no sólo mantienen mejor el rendimiento cognitivo sino que pierden menos tejido cerebral.

En síntesis, a corto, mediano y largo plazo la actividad física parece ser importante para mantenernos no sólo física sino también intelectualmente fuertes. 



El Spinning y el cerebro

Muchos de los practicantes de spinningafirman tener una sensación de paz interior, de calma, debienestar, al terminar sus clases. Hoy veremos el por qué esto ocurre, y cuales son las sustancias químicas que lo provocan.

Deporte y Bienestar

Por todos es sabido que el deporte produce un bienestar físico y mental, sobretodo el ejercicio aeróbico como el spinning. Una explicación de esto a nivel básico, podría ser que nos sentimos bien debido a que hemos superado un reto que se nos ha impuesto durante 45 minutos, o que nos sentimos bien por el mero hecho de haberlo pasado bien haciendo algo sano.

Indagando en nuestro cerebro

La emoción que nos produce conseguir nuestra meta, la satisfacción por el trabajo bien hecho, el reconocimiento por parte de los demás, qué dudacabe que son grandes motores para animarnos a practicar deporte. El impulso de superación está presente en nuestros genes, es la base de la evolución humana, pero ese impulso es difícil de mantener si no conlleva una recompensa. Y una de las cosas que los seres humanos buscamoscon más ahínco es la emoción. Hasta tal punto, que un niño prefiere ser “malo” para que sus padres le regañen a que éstos le muestren total indiferencia. Necesitamos atención, y necesitamos sentir, aunque sean emociones desagradables. Somos como una pila: si no entra corriente por el polo positivo, que entre al menos por el negativo. ¿Quién no ha disfrutado de la melancolía, o incluso de la tristeza?

Droga naural como recompensa

Según uno de los paradigmas más importantes de la psicología, el condicionamiento operante (Skinner), una conducta tiende a repetirse cuánto más refuerzo (recompensa) obtiene. En el caso del deporte, se dan recompensas no sólo a nivel social y personal, sino también biológico. Practicar deporte con regularidad aumenta la secreción de dos neurotransmisores cerebrales.

Dopamina

La dopamina es comúnmente asociada con el sistema del placer del cerebro, suministrando los sentimientos de gozo y refuerzo para motivar una persona proactivamente para realizar ciertas actividades. La dopamina es liberada desde neuronas situadas en el área tegmental ventral (ATV) hasta estructuras como el núcleo accumbens, la amígdala, el área septal lateral, el núcleo olfatorio anterior, el tubérculo olfatorio y el neocórtex mediante las proyecciones que tiene el ATV sobre estas estructuras.
Participa en experiencias naturalmente recompensantes tales como la alimentación, el sexo, algunas drogas, y los estímulos neutrales que se pueden asociar con estos.

Endorfinas

Son nada más y nada menos que opiáceos (o sea, como la morfina). Este otro neurotransmisor se pone en marcha cuando realizamos un esfuerzo grande, para elevar el umbral del dolor y así retrasar la aparición del cansancio y la fatiga. O sea, es como un analgésico, también natural.
Nuestro cerebro no sólo es una máquina precisa, sino también flexible: si le acostumbramos al ejercicio físico su fisiología cambia. Así, nos convertimos en una especie de deporteadictos, nuestro sistema nervioso central se acostumbra a segregar sustancias y cuando pasamos una temporadita “parados” nuestras células las reclaman, pudiendo su falta producir cambios de humor. Es perfectamente normal: es como al niño que le quitas la piruleta y coge una rabieta. Pero el llanto no dura siempre: las células con el tiempo también dejan de llorar y se acostumbran a no recibir la dosis extra de “droga”. Así que si por algún motivo os tenéis quepasar una temporada “en blanco”, no preocuparos si os encontráis deprimidos, malhumorados o tristes, pasará. Buscad emociones (positivas, por favor) en otro lado, por ejemplo… ¡lo que se os ocurra! Pensad en lo que más os gusta después del deporte.
Pues ya sabemos un poco más el por qué de nuestras sensaciones en una clase de spinning. No solo se beneficia nuestro cuerpo sino que nuestro cerebro también es un gran beneficiado gracias a los procesos químicos a los que se somete con la practica del deporte.
 
 

Spinning, ¿afecta al crecimiento?

El fundamento de los procedimientos de exploración del crecimiento se basa en el análisis de los cambios que se producen a lo largo del tiempo, en el tamaño, forma y composición del organismo. Un indicador de crecimiento es cualquier dato mensurable que sirva para evaluar un aspecto parcial de crecimiento: peso, talla, perímetro braquial, pliegues subcutáneos, maduración ósea y sexual. De los parámetros peso, talla, perímetro braquial y pliegues subcutáneos se ocupa la cineantropometría.

Existen muchos factores vinculados al crecimiento y desarrollo del individuo. Uno de ellos viene determinado genéticamente, ya que la herencia juega un rol fundamental en la velocidad de crecimiento, madurez ósea, estatura corporal, etc.

Sin embargo, existen otros factores exógenos o ambientales -como la nutrición, el clima o las enfermedades que se hayan desarrollado -, que también interactúan y determinan el crecimiento y desarrollo final. Dentro de ellos, es bueno recalcar la importancia que tiene la práctica de la actividad física y el deporte a edades tempranas, ya que ellos repercuten en el aspecto afectivo, social y cognitivo de los niños.

La educación física y el deporte desarrollan capacidades como la percepción espacial, la coordinación motora, la agilidad y el equilibrio. A nivel social, los menores aprenden a asumir ciertas responsabilidades, comprenden las normas establecidas, y vivencian los éxitos y fracasos.

Por otro lado, también es necesario subrayar los beneficios que se obtienen a nivel físico y psicomotor. Los especialistas coinciden en que la realización de actividad física durante la niñez favorece el proceso de crecimiento, debido a la estimulación que se produce a nivel de tejido óseo y muscular.

No obstante, siempre es preciso tomar ciertas precauciones, ya que cuando esta actividad supera los límites máximos permitidos -conposiciones y ejecuciones incorrectas o cargas excesivas-, pueden producirse efectos indeseables. Por eso es importante que el deporte infantil sea impartido por educadores especializados, que sean capaces de adaptar la actividad de acuerdo a la edad y condición física del menor, evitando caer en errores que a futuro puedan influir negativamente en su desarrollo.
  • Niños menores de 5 años: antes que hacerles practicar un deporte, es conveniente encauzarlos hacia un desarrollo psicomotor, de modo que vayan adquiriendo equilibrio y coordinación.
  • Entre los 6 y los 10 años: las cualidades elásticas y la fuerza muscular empiezan a desarrollarse, por lo que ya se consideran aptos para empezar en el campo deportivo.
  • Entre los 10 y los 14 años: a las características anteriores se añaden coordinación, destreza y capacidad aeróbica, lo que aumenta su espectro de actividades y permite definir especialidades. (Aquí sería cuando se puede empezar con spinning suave).
  • Entre los 14 y los 17 años: se alcanza la fuerza muscular máxima, que conviene abocar a la práctica de una especialidad en particular.

Conclusión

Los niños pueden practicar spinning a partir de los  10 años esporádicamente siempre ante la supervisión de un adulto, sin resistencias exageradas, y sin hacer el loco, aunque todos hemos sido niños alguna vez…

Para empezar a hacer spinning de forma regular no empezaría antes de los 14-16 años (dependiendo de la madurez física) al ser un deporte bastante intenso.

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