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La metanfetamina viene en muchas formas diferentes y se puede inhalar, tragar, inyectar o fumar. La metanfetamina puede causar muchos efectos dañinos como problemas para dormir, paranoia, agresividad y alucinaciones.
Publicación NIH No.: 06-4394
Impresa en: enero del 2006
Autor: Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/explorando-la-mente/metanfetamina
Impresa en: enero del 2006
Autor: Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/explorando-la-mente/metanfetamina
La respuesta del cerebro a la metanfetamina
¡Hola!
Me llamo Clara Mente y quiero darles la bienvenida a mi serie de boletines informativos que exploran la respuesta del cerebro a las drogas. En este ejemplar, investigaremos varios datos fascinantes sobre la droga estimulante llamada metanfetamina. Alguna de esta información fue descubierta recientemente por los científicos que lideran la investigación en este campo.
"Speed", "meth", "chalk", "cristal", "ice", "glass"—todos son nombres en inglés para la metanfetamina. En español también se la conoce como "meta", "tiza", "hielo", "cristal" y "vidrio". La metanfetamina viene en muchas formas diferentes y se puede inhalar, tragar, inyectar o fumar. La forma que se puede fumar es la que se conoce como "hielo" o "cristal" debido a su apariencia.
La metanfetamina es una droga poderosa. Actúa cambiando la manera en que funciona el cerebro. También acelera muchas de las funciones del cuerpo. La metanfetamina tiene una estructura química similar a otra droga llamada anfetamina, la cual investigo en mi boletín informativo sobre los estimulantes. La metanfetamina puede causar muchos efectos dañinos como problemas para dormir, paranoia, agresividad y alucinaciones. Después les cuento más sobre estas cosas.
¿Cómo causa sus efectos la metanfetamina?
No importa la manera como se usa, la metanfetamina eventualmente termina en el torrente sanguíneo en donde circula por todo el cerebro. La metanfetamina afecta a muchas de las estructuras del cerebro, pero a las que más afectan son a las que contienen una sustancia química llamada dopamina. Esto se debe a que la forma, tamaño y estructura química de la metanfetamina y los de la dopamina son similares. Antes de contarles más sobre la dopamina y la metanfetamina, es mejor que les explique cómo funcionan las células nerviosas.
El cerebro está compuesto por miles de millones de células nerviosas llamadas neuronas. Las neuronas vienen en muchas diferentes formas y tamaños, pero la mayoría tienen tres partes importantes: un cuerpo celular, que contiene el núcleo y dirige las actividades de la neurona; las dendritas, que son fibras cortas que reciben los mensajes de otras neuronas y las retransmiten al cuerpo celular; y un axón, que es una fibra larga solitaria que transporta el mensaje del cuerpo celular a las dendritas de otras neuronas.
Los axones de una neurona y las dendritas de la neurona vecina se encuentran localizados muy cerca el uno del otro, pero no se tocan. Por lo tanto, para comunicarse entre sí utilizan mensajeros químicos conocidos como neurotransmisores. Cuando una neurona desea enviarle un mensaje a otra, libera de su axón un neurotransmisor dentro del pequeño espacio que separa a las dos neuronas. Este espacio se llama sinapsis. El neurotransmisor cruza la sinopsis y se adhiere a lugares específicos de las dendritas de la neurona vecina, que se llaman receptores. Una vez que el neurotransmisor ha retransmitido su mensaje, es destruido o regresa a la neurona inicial que lo recicla para que sea usado de nuevo.
Hay muchos neurotransmisores diferentes, pero el más afectado por la metanfetamina es la dopamina. La dopamina a veces se llama el neurotransmisor del placer porque te ayuda a sentir satisfacción de cosas como jugar al fútbol, comer un gran pedazo de torta de chocolate o montarte en una montaña rusa. Cuando algo placentero ocurre, ciertos axones liberan una gran cantidad de dopamina. La dopamina se adhiere a los receptores en las dendritas de las neuronas vecinas, pasándoles el mensaje placentero. Este proceso se detiene cuando los receptores sueltan la dopamina, y la neurona que originalmente la liberó la vuelve a capturar y la guarda para usarla de nuevo más adelante.
La metanfetamina cambia el cerebro
Generalmente las neuronas reciclan la dopamina. Sin embargo, la metanfetamina puede engañar a las neuronas para que la capturen de igual manera que lo harían con la dopamina. Una vez dentro de la neurona, la metanfetamina hace que dicha neurona libere un montón de dopamina. Toda esta dopamina hace que el us uario sienta una sensación de placer mayor que puede durar todo el día.
Pero eventualmente estos efectos placenteros se detienen. A menudo son seguidos por sensaciones desagradables, lo que se llama un "crash" o "caída" que a menudo le lleva a la persona a usar más de la droga. Si la persona continúa usando metanfetamina, tendrá dificultad para encontrar placer en cualquier otra cosa. Imagínate que ya no te guste tu comida favorita o pasar la tarde con tus amigos.
La metanfetamina tiene muchos otros efectos
Ya que es muy parecida a la dopamina, la metanfetamina puede cambiar la función de cualquier neurona que contenga dopamina. Y si eso no fuera poco, la metanfetamina también puede afectar las neuronas que contienen otros dos neurotransmisores: la serotonina y la norepinefrina. Todo esto significa que la metanfetamina puede cambiar cómo funcionan muchas cosas en el cerebro y en el cuerpo. Aún en pequeñas cantidades, la metanfetamina puede hacer que la persona esté más despierta y activa, pierda el apetito o se vuelva irritable y agresiva.
La metanfetamina también puede hacer que aumente la presión arterial y que el corazón lata más rápido.
¿Qué pasa cuando una persona usa metanfetamina por largo tiempo?
Para estudiar los cerebros de las personas que usan metanfetamina, los científicos están usando técnicas de imágenes del cerebro, tales como la tomografía de emisión de positrones (conocida como TEP, o también como PET por sus siglas en inglés). Ellos han descubierto que, aún después de tres años de haber dejado de usar la droga, se siguen viendo daños en las neuronas de dopamina de las personas que habían usado metanfetamina por mucho tiempo. Los científicos aún no saben si este daño es permanente, pero esta investigación muestra que los cambios en el cerebro causados por el uso de metanfetamina pueden durar por mucho tiempo. Las investigaciones en animales muestran que la droga también puede dañar las neuronas que contienen serotonina. Este daño también continúa por mucho tiempo después de haber dejado de usar la droga.
Estos cambios en las neuronas que contienen dopamina y serotonina pueden explicar algunos de los efectos de la metanfetamina. Las personas que usan metanfetamina por mucho tiempo pueden volverse paranoicas. También pueden oír y ver cosas que no están allí, es decir, pueden tener alucinaciones. Ya que la metanfetamina hace que la presión arterial se eleve bastante, las personas que la usan por largo tiempo pueden tener daños permanentes en los vasos sanguíneos en el cerebro. Esto puede causar derrames cerebrales que resultan de un sangrado en el cerebro.
La búsqueda continúa
Los investigadores apenas están comenzando a comprender cómo la metanfetamina actúa sobre el cerebro y el cuerpo. Cuando hayan aprendido más sobre como la metanfetamina produce sus efectos, es posible que puedan desarrollar tratamientos para prevenir o revertir el daño que esta droga puede causar. Tal vez algún día tú serás quien logre el próximo gran descubrimiento.
La metanfetamina es una droga estimulante que afecta el sistema nervioso central y es similar en estructura a la anfetamina. Debido al alto potencial que tiene para el abuso, la metanfetamina está clasificada como un fármaco de la Lista II de acuerdo a la Ley sobre Sustancias Controladas, y se puede obtener sólo por medio de prescripción médica no renovable. Aunque los médicos pueden recetar la metanfetamina, sus usos médicos son limitados y las dosis que se recetan son mucho más bajas que las que normalmente se consumen cuando se abusa. La mayoría de la metanfetamina que se abusa en los Estados Unidos viene de súper laboratorios extranjeros y nacionales, aunque también se puede producir en pequeños laboratorios clandestinos, donde se ponen en peligro a las personas que la elaboran, a los vecinos y al medio ambiente.
¿Cómo se abusa la metanfetamina?
La metanfetamina es un polvo blanco, cristalino, inodoro y amargo que se disuelve fácilmente en agua o alcohol y que se puede fumar, inhalar, inyectar o tomar de forma oral.
¿Cómo afecta la metanfetamina al cerebro?
La metanfetamina aumenta la liberación y bloquea la reabsorción del neurotransmisor dopamina, produciendo concentraciones muy altas de esta sustancia química en el cerebro. Esto constituye un mecanismo de acción común de la mayoría de las drogas de abuso, ya que la dopamina juega un papel importante en la gratificación, la motivación, la sensación de placer y la función motora. La habilidad de la metanfetamina de liberar rápidamente la dopamina en las regiones de gratificación del cerebro es lo que produce la euforia intensa o “rush”, que muchos consumidores sienten después de inhalar, fumar o inyectarse la droga.
El abuso crónico de la metanfetamina cambia de forma significativa el funcionamiento del cerebro. Los estudios no invasivos de neuroimágenes del cerebro humano han mostrado alteraciones en la actividad del sistema dopaminérgico que están asociadas con una disminución en el rendimiento motor y un deterioro en el aprendizaje verbal.1 Asimismo, estudios recientes en personas que han abusado de metanfetamina por periodos prolongados también revelan cambios graves de estructura y función en las áreas del cerebro asociadas con las emociones y con la memoria.2,3 Esto podría explicar muchos de los problemas emocionales y cognitivos que se observan en los abusadores crónicos de metanfetamina.
El abuso repetido de la metanfetamina también puede llevar a la adicción, una enfermedad crónica con recaídas caracterizada por la búsqueda y el consumo compulsivo de la droga, que viene acompañada por cambios químicos y moleculares en el cerebro. Algunos de estos cambios perduran mucho tiempo después del cese del consumo de metanfetamina. Sin embargo, se ha observado que algunos cambios se revierten después de periodos sostenidos de abstinencia (por ejemplo, más de 1 año).4
¿Qué otros efectos adversos para la salud tiene la metanfetamina?
El consumo de metanfetamina, incluso en pequeñas cantidades, puede resultar en muchos de los mismos efectos físicos de otros estimulantes como la cocaína o la anfetamina, incluyendo una prolongación del estado de vigilia, mayor actividad física, disminución del apetito, aumento de la frecuencia respiratoria, aceleración de la frecuencia cardiaca, irregularidad del latido del corazón, aumento en la presión arterial e hipertermia.
El abuso a largo plazo de la metanfetamina tiene muchas consecuencias negativas, entre ellas, una pérdida extrema de peso, problemas dentales graves (boca de metanfetamina o “meth mouth”), ansiedad, confusión, insomnio, perturbaciones en el estado de ánimo y comportamiento violento. Las personas con historial de abuso prolongado de metanfetamina también demuestran varias características psicóticas, como paranoia, alucinaciones visuales y auditivas y delirio (por ejemplo, la sensación de tener insectos que caminan debajo de la piel).
Otras consecuencias que pueden resultar del abuso de la metanfetamina incluyen la transmisión del VIH y de la hepatitis B y C. Los efectos intoxicantes de la metanfetamina por cualquier vía de administración pueden alterar el juicio y la inhibición y hacer que los usuarios practiquen actividades peligrosas, por ejemplo, comportamientos sexuales de riesgo. Los toxicómanos que se inyectan la droga pueden transmitir el VIH y otras enfermedades infecciosas a través de agujas o jeringuillas contaminadas u otros equipos utilizados para inyectar la droga, cuando éstos se comparten entre varias personas. El abuso de la metanfetamina también puede empeorar la evolución del VIH y sus consecuencias. Los estudios indican que el VIH causa mayor daño neuronal y cognitivo en las personas VIH+ que tienen historial de abuso prolongado de metanfetamina en comparación con las personas VIH+ que no usan la droga.5,6
¿Qué opciones de tratamiento existen?
Actualmente, la mayoría de los tratamientos eficaces para la adicción a la metanfetamina son intervenciones integrales cognitivo-conductuales. Por ejemplo, un tratamiento que ha logrado reducir el abuso de metanfetamina es el Modelo Matriz, un enfoque integral de tratamiento conductual que combina terapia conductual, educación familiar, consejería individual, grupo de apoyo de 12 pasos, pruebas de detección para el consumo de drogas y fomento de actividades no relacionadas a las drogas.7 Asimismo, las intervenciones de manejo de contingencias han demostrado ser eficaces ya que proporcionan incentivos tangibles a cambio de tomar parte en el tratamiento y mantenerse abstemio.8 Actualmente, no hay medicamentos aprobados para el tratamiento de la adicción a la metanfetamina; sin embargo, ésta es un área de investigación activa para el NIDA.
¿Cuál es la magnitud del abuso de la metanfetamina?
Estudio de Observación del Futuro (MTF, por sus siglas en inglés)
El Estudio de Observación del Futuro del 2008, una encuesta nacional sobre el consumo de drogas entre los estudiantes de 8º, 10º y 12º grado, ha demostrado una disminución general en el abuso de metanfetamina en los últimos años, sin embargo, continúa siendo preocupante. Los resultados de la encuesta muestran que el 2.3 por ciento de estudiantes de 8º grado, el 2.4 por ciento de estudiantes de 10º grado y el 2.8 por ciento de estudiantes de 12º grado han probado metanfetamina alguna vez en la vida. Además, en el 2008 el 0.7 por ciento de estudiantes de 8º grado, el 0.7 por ciento de estudiantes de 10º grado y el 0.6 por ciento de estudiantes de 12º grado eran usuarios actuales, es decir, habían abusado de la metanfetamina en el mes anterior a la encuesta. Del 2007 al 2008, el abuso de metanfetamina en la categoría de “en el año anterior a la encuesta” se mantuvo estable en los tres grados encuestados.
Uso** | 8º grado | 10º grado | 12º grado |
---|---|---|---|
En la vida | 2.3% | 2.4% | 2.8% |
En el año anterior | 1.2% | 1.5% | 1.2% |
En el mes anterior | 0.7% | 0.7% | 0.6% |
Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud (NSDUH, por sus siglas en inglés)***
El número de personas de 12 años de edad o mayores que reportaron haber usado metanfetamina en el año anterior a la encuesta disminuyó de 1.9 millones en el 2006 a 1.3 millones en el 2007. Se calcula que unos 529,000 americanos (el 0.2 por ciento de la población) eran usuarios actuales de metanfetamina (habían usado la droga por lo menos una vez en el mes anterior). De las 157,000 personas que usaron metanfetamina por primera vez en el 2007, la edad media del primer uso fue de 19.1 años, menor que la edad media de 22.2 años registrada en el 2006.
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