Necesidad de Autoestima:
“Las Caretas”
La falta de auto estima nos hace adoptar caretas o posiciones que son parte de patrones de comportamientos de una sociedad sin amor, lo cual es contradictorio a la voluntad de Dios, porque Él ha trazado un destino de amor, protección y valor para todos.
Hablar de caretas es hablar de una falsa identidad. La mayoría de quienes las usan, internamente se sienten mal, pero al mismo tiempo sienten que no hay otra salida. Sin embargo, este artículo te ayudará a reconocer que careta estas usando, a fin de que renuncies a ella y retomes tu verdadera identidad en Cristo.
Algunas de estas caretas podrán parecer chistosas y otras crueles, pero tan sólo es muestra de una gran realidad que muchos viven a nuestro alrededor.
1. La Careta Isla:
Muchos con sus actitudes se convierten en una isla – hablando en sentido figurado - es decir, que se aíslan por completo de su mundo personal o exterior, no quieren saber de nada ni de nadie, a fin de que nadie interfiera en sus decisiones. Caen en el mal concepto llamado PRIVACIDAD EXAGERADA, en donde llegan hasta el extremo de prohibirles a sus padres ingresar a sus habitaciones, que les hagan preguntas a cerca de sus estudios, amistades o relaciones sentimentales. Adoptan principios engañosos en donde llegan a considerar que entre más lejos estén las personas, se verán mucho mejor. Se vuelven aliados de la soledad y de la oscuridad, y al final, se convierten en prisioneros de la depresión.
Un estudio estadístico señaló que a nivel mundial entre el 4 y 7% de los adolescentes y jóvenes que sufren de aislamiento total (depresión) llegan hasta el punto de cometer suicidio. Nicaragua lastimosamente es un ejemplo vivo de esto, ya que más de 350 entre adolescentes y jóvenes se quitan la vida por año.
2. La Careta Luces de colores:
Una forma muy inteligente en Nicaragua para hacer que algo llame la atencion, es cubriendolo con luces de colores.
Esta careta consiste en llamar la atención de todos a cualquier costa. Este es el típico caso de adolescentes y jóvenes que a gritos dicen “hey mírenme todos - estoy por aquí - miren como brillo, que importante soy”, “hey…”. Esta careta es polo opuesto a la careta isla, aquí cuenta mucho la atención y opinión pública. Esta es la razón, por la que muchos se visten o peinan todo raro, hablan o hacen cosas definitivamente extravagantes con tal de obtener la atención de los demás.
En esta careta la regla de oro es llegar a ser muy popular, ser la sensación del momento, darle de que hablar a la gente por mucho tiempo. Los expertos afirman que este comportamiento es obsesivo por cuanto necesitan de la atención de la gente para poder hacer algo, no pueden hacer las cosas en privado o en secreto, porque uno de sus defectos es el exhibicionismo. Quieren que todo lo que hagan sea públicamente reconocido. Son malos para trabajar en equipo, porque quieren ser el epicentro de todo terremoto y temen a la competencia.
Un futuro problema de esta careta, es que quienes la adoptan terminan convirtiéndose en personas egoístas y ego-centristas, y corren el peligro de adoptar la careta Cerebro, que más adelante la vas a poder conocer.
3. La Careta de Azúcar:
Los nicas* asimilamos bastante este término, ya que cuando algún amigo o hermano se porta todo quejoso o delicado ante una situación, entonces le decimos ¡Deja…de Azúcar!
“…de azúcar” – en esta ocasión no me refiero a que son dulces como la miel y fuertes como el León, no, no, nada que ver con eso, por el contrario, popularmente en nuestro país se refiere a los que son EXCESIVAMENTE SUSCEPTIBLES A TODO. Todo le molesta, de todo se quejan, todo les cae mal, todo les ofende, cualquier desafío les asusta, cualquier cosa les hace sentir mal, se deshacen como azúcar en el agua, no resisten la crítica, los elogios ni los consejos.
Quienes adoptan esta careta son completamente impredecibles y de doble animo. La Escritura dice “El…de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” Santiago 1:8.
4. La Careta Cerebro:
De todas las caretas, ésta es la peor…, a como dice el Doctor Chapatín (del programa Chespirito) “de sólo pensarlo ya me dio cosa”.
Recuerdan los dibujos animados de “Pinky y Cerebro”. Cerebro no sólo se creía el dueño de Pinky, sino también de todo el mundo. Los que adoptan esta careta se creen dueños de todo el mundo, por eso es que se vuelven posesivos, perfeccionistas y criticones.
a) Posesivo: Sentimiento enfermizo de querer controlar la vida de los demás, son dominantes y sólo les interesa el “yo”. Algunos son posesivos en el noviazgo, posesivos en el liderazgo, posesivos con sus padres o hijos, posesivos con sus amistades;
b) Perfeccionista: Exigen más de lo que la gente les podría dar, sólo ellos son buenos, lo que no sale a la perfección no sirve, al final se vuelven criticones;
c) Criticón: Critican a Reymundo y a todo el mundo, todos tienen la culpa menos ellos, no disfrutan de lo bueno y de los logros por ver sólo los pequeños errores, no ven virtudes que elogiar, sólo defectos que señalar. Hay un examen de actitud que los maestros realizan a sus alumnos. Les piden que vean una pizarra color blanco que contiene un pequeño punto negro en el centro, y al preguntarles qué ven, la mayoría responde que lograron ver el pequeño punto negro. Al final del ejercicio tan sólo una minoría logró ver el gran hemisferio color blanco.
5. La Careta Pinky:
Existen muchos adolescentes y jóvenes que han perdido su valor personal, y por no caer en la careta isla, prefieren la de Pinky. Esta consiste en convertirse en el tonto de todos, que todos hagan conmigo lo que quieran, voy a seguir al que me lo pida aunque lo que haga no sea nada bueno, a como decimos en Nicaragua “son de cuerda”, hacen las cosas sin emitir opiniones y sin meditar en sus consecuencias.
Hoy en día hay muchos Cerebro que se están aprovechando de los Pinky, pues estos son muy complacientes en todo, a todo dicen “Si”. Han renunciado a sus propios sueños por seguir los sueños de otros aunque estos vayan en contra de sus principios. Los que adoptan esta careta se vuelven completamente dependientes de la guía de los demás, no pueden hacer nada por sí sólo.
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