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miércoles, 7 de marzo de 2012

NEOPLASTICIDAD:El cerebro también es capaz de producir nuevas neuronas

Neuronas invencibles

El cerebro también es capaz de producir nuevas neuronas. Bryan Kolb, neurocientífico de la Universidad de Lethbridge, en Canadá, demostró esta capacidad en ratas de laboratorio tras provocarles apoplejías y daño cerebral consecutivo. Él y sus colegas suministraron factor de crecimiento a las ratas, y observaron que sus cerebros no sólo producían nuevas neuronas, sino que las usaban para reparar los daños físicos y funcionales causados por las apoplejías. E hicieron otro hallazgo asombroso: durante las dos semanas posteriores a la lesión, las nuevas neuronas “migran” a la zona dañada y esperan órdenes. Si se las estimula adecuadamente, empiezan a funcionar y ayudan al cerebro a recuperar funciones; por ejemplo, hacer que el animal levante una pata.

El experimento de Kolb subraya la importancia de la rehabilitación en los casos de lesión cerebral. Los investigadores ahora pretenden determinar si la estimulación que proporciona la rehabilitación podría aumentar la producción de neuronas nuevas y acelerar la recuperación.
Uno de los “criaderos de neuronas” del cerebro se encuentra en el hipocampo, el cual desempeña un papel clave en la memoria. En un estudio, científicos de la Universidad de Toronto usaron marcadores químicos para rastrear las neuronas nuevas que se generaban en forma natural en ratones sanos, y luego enseñaron a los animales a nadar hasta una plataforma. Después de mucha práctica, los roedores “recordaban” dónde estaba la plataforma. Más adelante, cuando los investigadores examinaron el cerebro de los ratones, descubrieron que las neuronas nuevas se habían ocupado de la tarea de la memoria; es decir, las células marcadas químicamente estaban concentradas en los “criaderos” del hipocampo.

Los investigadores también descubrieron que, apenas un mes después de generarse, esas neuronas habían comenzado a mejorar la memoria. Según Paul Frankland, el neurocientífico que dirigió el estudio, los factores ambientales afectan el número de neuronas que se generan. La cocaína y el estrés, por ejemplo, reducen la tasa de producción de neuronas, mientras que correr y las actividades educativas la aumentan.

Lo que los científicos llaman “neuroplasticidad”, para Ian Bradley, de 21 años, tiene otro nombre: esperanza. Cuando ingresó en la escuela secundaria, a duras penas podía leer y tenía la ortografía de un niño de cuarto grado. “Pensaba que era un tonto”, dice. Su madre, Mary, lo ayudó a terminar la primaria dedicando cuatro horas todas las noches a leerle los libros de texto y a anotar en un cuaderno las respuestas que él daba a las preguntas de la tarea.

Entonces el padre de Ian descubrió la Escuela Arrowsmith, en Toronto. Su fundadora, Barbara Arrowsmith Young, alguna vez fue una estudiante con serias dificultades de aprendizaje que le impedían comprender lo que leía o lo que la gente le decía. Esto la llevó a inventar ejercicios mentales para ayudar a su cerebro a readiestrarse y aprender, y así logró superar esos escollos. Posteriormente ideó más ejercicios del mismo tipo para ayudar a superar problemas de aprendizaje a otras personas.
Ian pasó tres años en la Escuela Arrowsmith, haciendo una y otra vez ejercicios cognoscitivos, como trazar letras y relacionar símbolos. “Era difícil y muy agotador”, cuenta. Sin embargo, al final podía leer como un alumno de segundo año de secundaria. Hoy día, recién egresado del bachillerato con excelentes calificaciones, tiene la mira puesta en una carrera como piloto de avión. “Antes mi panorama era sombrío”, señala. “Ahora mis posibilidades son infinitas”.

Los recientes hallazgos sobre el cerebro ofrecen enormes esperanzas a muchas personas; por ejemplo, a las víctimas de apoplejía que tienen que afrontar la pérdida de funciones cerebrales; a quienes padecen dolores crónicos, y a los niños y adolescentes que presentan dificultades de aprendizaje. “Apenas estamos conociendo los mecanismos por medio de los cuales el cerebro puede cambiar, y cómo ciertas zonas de este órgano pueden asumir nuevas funciones”, afirma el doctor Andrés Lozano, uno de los neurocirujanos que le salvaron la vida a Howard Rocket.
Pero la neuroplasticidad a veces también pueden contribuir a causar discapacidad. Por ejemplo, las personas sordas pueden sufrir de un zumbido constante en los oídos (tinnitus), el resultado de la reconexión de las células cerebrales hambrientas para el sonido. Para las neuronas para formar conexiones beneficiosas, deben estar correctamente estimulada. Neuroplasticidad también se llama plasticidad del cerebro o de maleabilidad del cerebro. Entra dentro de la medicina regenerativa.

Read more: http://actualidad.notizalia.com/celulas-madre/neuroplasticidad-la-capacidad-de-regenerar-neuronas-del-cerebro/#ixzz1oRPukoF5



Hoy, médicos e investigadores empiezan a comprender que, a fin de cuentas, aquel voluntarioso empresario de Toronto tenía razón: los ejercicios repetidos, tanto mentales como físicos, pueden cambiar el cerebro... y la vida de las personas.

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